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43 Simón contestó:

— Supongo que aquel a quien perdonó una deuda mayor.

Jesús le dijo:

— Tienes razón.

44 Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

— Mira esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. 45 Tampoco me diste el beso de bienvenida; en cambio ella, desde que llegué, no ha cesado de besarme los pies.

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